1)
“Que ese Otro no haga lugar a ciertos significantes…”. Durante el último encuentro de nuestro grupo destinado a la indagación crítica de la cuestión de las psicosis, siguiendo la perspectiva del psicoanálisis, se plantea en una primera instancia el énfasis en el diálogo infantil: “Pensemos en el diálogo infantil del niño o niña con su Otro, con aquel al que le va dirigida la palabra por excelencia.”¿Cómo pensar el hecho de que el Otro no haga lugar a la castración? Puntualmente, se trata de su castración:
- No haga lugar a la Ley
- Que sea Todo Ley
¿Son dos propuestas diferentes o, precisamente, se trata de lo mismo? ¿De qué Ley se trata a nivel de esa Ley en relación a la cual no hay lugar para el sujeto?
Otra modalidad de abordaje se piensa desde el narcisismo: ¿Cuál es el valor que tiene un hijo para una madre? El niño es una suerte de “parche narcisista”, el niño viene a tapar la falta de ella en tanto el falo que la Madre no le dio: el hijo (de una madre x) tapa la falta de los padres (abuelos). El narcisismo parental sujeto a castración, goce fálico que deberá ser atemperado: deberá ceder.
2)
Página 297 del Seminario 3: “El otro extremo, es el caso en el que se saben de memoria lo que está en el texto. (…) No leen lo que ya se saben de memoria. (…) A menudo se tiene la impresión de que la intención que dirige profundamente al discurso tal vez no sea otra que la de permanecer exactamente en los límites de lo que ya ha sido dicho. Parece que la intención última de este discurso es hacer señas a sus destinatarios y probar que quien lo firma es, si permiten la expresión, no-nulo, capaz de escribir lo que todo el mundo escribe.” Interesante propuesta lacaniana. Se sitúa luego, y en tanto que contrastante con esta “neutralidad” y “objetividad científica”, la singularidad del testimonio psicótico, y el valor de verdad del delirio para un sujeto.
Otra línea de indagación crítica se plantea a propósito de la lectura de Gustavo Maggi ubicable en el libro de Oscar Lamorgia “Psicoanálisis: escritura de la falta-en-ser”, sobre “La hermenéutica del sujeto” de Michel Foucault. El acceso a la verdad en tanto que oneroso: el sujeto debe pagar con su propia transformación. No goza en tanto tal de la “capacidad” de apropiársela (de la verdad) siguiendo la vía tradicional del “conocimiento”. Ejemplo del sujeto de la “Casa de medio camino” que, estando en un Taller de música, indica que la canción “El oso” le resulta interesante para cantársela al psiquiatra. “Es lo que pasa acá, ¿no?”. Cuestión delirante o no, pero que involucra la dimensión de la verdad. El sujeto psicótico como aquel que muestra claramente la posición subjetiva de padecimiento del saber. “Yo vivía en el bosque muy contento…”
El conocimiento como un camino que no conduce a la verdad en la antigüedad. Diferencia a la época moderna en donde el cogito cartesiano implica un pensamiento que se piensa a sí mismo y se presenta al conocimiento como la vía regia en el acceso a la verdad. Ausencia de esa necesariedad de transformación subjetiva. ¿Cómo vincular todas estas cuestiones con el campo psicoanalítico? ¿Se trata de conocer más sobre la doctrina meramente o se plantea lo académico (los enunciados) como necesarios pero no suficientes en lo tocante a la realización analítica: el problema del saber?
3)
Se sitúa una suerte de esquema de correlatividades lógicas del proto-sujeto o “acerca de las operaciones estructurales en el armado del significado al sujeto”. En primera instancia, la causación de la sexualidad por el significante (parcialización sexual del organismo viviente, obliteración de las necesidades por el surgimiento de la pulsión). En segundo lugar, tramitación de ese hetero-erotismo (falta el sujeto en sentido estricto) en el direccionamiento al Otro (búsqueda de respuesta a lo que el niño experimenta en su propio cuerpo). Tratamiento psíquico de la sexualidad (traumática), el niño es su propio psicoterapeuta, investiga y se da respuestas a sí mismo. En esta orientación al significante se articulan activamente preguntas a los “¿por qué?” de la carne y, en última instancia, en función de las respuestas del Otro y, a su vez, tratando de velar la falta de LA respuesta, se construye una posición frente a la sexualidad (distancia elaborada del deseo): $ --- a, lo que puede también leerse “sujeto corte de a”, falicización del sujeto. Se destaca la atribución de saber al Otro acerca del goce (demanda de análisis).
“Que ese Otro no haga lugar a ciertos significantes…”. Durante el último encuentro de nuestro grupo destinado a la indagación crítica de la cuestión de las psicosis, siguiendo la perspectiva del psicoanálisis, se plantea en una primera instancia el énfasis en el diálogo infantil: “Pensemos en el diálogo infantil del niño o niña con su Otro, con aquel al que le va dirigida la palabra por excelencia.”¿Cómo pensar el hecho de que el Otro no haga lugar a la castración? Puntualmente, se trata de su castración:
- No haga lugar a la Ley
- Que sea Todo Ley
¿Son dos propuestas diferentes o, precisamente, se trata de lo mismo? ¿De qué Ley se trata a nivel de esa Ley en relación a la cual no hay lugar para el sujeto?
Otra modalidad de abordaje se piensa desde el narcisismo: ¿Cuál es el valor que tiene un hijo para una madre? El niño es una suerte de “parche narcisista”, el niño viene a tapar la falta de ella en tanto el falo que la Madre no le dio: el hijo (de una madre x) tapa la falta de los padres (abuelos). El narcisismo parental sujeto a castración, goce fálico que deberá ser atemperado: deberá ceder.
2)
Página 297 del Seminario 3: “El otro extremo, es el caso en el que se saben de memoria lo que está en el texto. (…) No leen lo que ya se saben de memoria. (…) A menudo se tiene la impresión de que la intención que dirige profundamente al discurso tal vez no sea otra que la de permanecer exactamente en los límites de lo que ya ha sido dicho. Parece que la intención última de este discurso es hacer señas a sus destinatarios y probar que quien lo firma es, si permiten la expresión, no-nulo, capaz de escribir lo que todo el mundo escribe.” Interesante propuesta lacaniana. Se sitúa luego, y en tanto que contrastante con esta “neutralidad” y “objetividad científica”, la singularidad del testimonio psicótico, y el valor de verdad del delirio para un sujeto.
Otra línea de indagación crítica se plantea a propósito de la lectura de Gustavo Maggi ubicable en el libro de Oscar Lamorgia “Psicoanálisis: escritura de la falta-en-ser”, sobre “La hermenéutica del sujeto” de Michel Foucault. El acceso a la verdad en tanto que oneroso: el sujeto debe pagar con su propia transformación. No goza en tanto tal de la “capacidad” de apropiársela (de la verdad) siguiendo la vía tradicional del “conocimiento”. Ejemplo del sujeto de la “Casa de medio camino” que, estando en un Taller de música, indica que la canción “El oso” le resulta interesante para cantársela al psiquiatra. “Es lo que pasa acá, ¿no?”. Cuestión delirante o no, pero que involucra la dimensión de la verdad. El sujeto psicótico como aquel que muestra claramente la posición subjetiva de padecimiento del saber. “Yo vivía en el bosque muy contento…”
El conocimiento como un camino que no conduce a la verdad en la antigüedad. Diferencia a la época moderna en donde el cogito cartesiano implica un pensamiento que se piensa a sí mismo y se presenta al conocimiento como la vía regia en el acceso a la verdad. Ausencia de esa necesariedad de transformación subjetiva. ¿Cómo vincular todas estas cuestiones con el campo psicoanalítico? ¿Se trata de conocer más sobre la doctrina meramente o se plantea lo académico (los enunciados) como necesarios pero no suficientes en lo tocante a la realización analítica: el problema del saber?
3)
Se sitúa una suerte de esquema de correlatividades lógicas del proto-sujeto o “acerca de las operaciones estructurales en el armado del significado al sujeto”. En primera instancia, la causación de la sexualidad por el significante (parcialización sexual del organismo viviente, obliteración de las necesidades por el surgimiento de la pulsión). En segundo lugar, tramitación de ese hetero-erotismo (falta el sujeto en sentido estricto) en el direccionamiento al Otro (búsqueda de respuesta a lo que el niño experimenta en su propio cuerpo). Tratamiento psíquico de la sexualidad (traumática), el niño es su propio psicoterapeuta, investiga y se da respuestas a sí mismo. En esta orientación al significante se articulan activamente preguntas a los “¿por qué?” de la carne y, en última instancia, en función de las respuestas del Otro y, a su vez, tratando de velar la falta de LA respuesta, se construye una posición frente a la sexualidad (distancia elaborada del deseo): $ --- a, lo que puede también leerse “sujeto corte de a”, falicización del sujeto. Se destaca la atribución de saber al Otro acerca del goce (demanda de análisis).
Buenos Aires, Junio de 2011
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