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Mostrando entradas de enero, 2018

El deseo de soledad versus la soledad del deseo

El deseo de soledad versus la soledad del deseo ¿Qué significa pensar críticamente? Es una pregunta temible y contundente. Ir hacia allí, luego volver, agacharse, volverse a parar, correr, detenerse de golpe. Confrontarse con uno mismo y con lo otro de uno mismo, implicarse como “Yo” también en esa demora ineluctable del ponerse a hacer. Tener que soportar que ese algo que viene a detenerme, ese espíritu de la pesadez [Geist der Schwere] también, a fin de cuentas, es “yo”. Yo debo responder por el espíritu de la gravedad que me atraviesa, nadie más que yo puede trasmutar esa propensión a la quietud, esa acomodación a condiciones existenciales de empobrecimiento espiritual, de decadencia, de caída, de coagulación. Pensar críticamente será, precisamente, un modo de interrogar lo no-cuestionado hasta ahora, no mostrándome complaciente con ese espíritu de la pesadez. No soy el que creí que era, estiro la mano hacia alguna garantía ficticia, hacia alguna mísera certidumbre que me haga c
“Teoría” deviene etimológicamente de theorein, término que pone en juego la observación de una escena teatral. Teoría y teatro, entonces, parecerían tener una misma raíz etimológica. Jugando con tal origen, podríamos decir que toda Teoría encierra, pues, personajes. Leer implica, por parte del lector, la suposición de un ser, es decir, la atribución de un ser supuesto al autor y, precisamente por ello, una serie implícita de demandas y principios que tal “pensamiento cerrado” exigiría. Pretensión lectora de un universo de discurso que coincida con el ego en sus ansias de coherencia y principismo. Respecto de esta cuestión de los personajes, estimo interesante transcribir ciertas palabras de Ulloa, quien decía lo siguiente: “Bien puede decirse que en los comienzos de la vida, así como del aprendizaje de nuestros trabajos, somos lo que nos hicieron, en tanto profesamos a la manera de quienes nos iniciaron. Si logramos no quedar atrapados en aquellas identificaciones-auxiliares, duran

DEL PENSAMIENTO CRÍTICO: ¿UNA ÉTICA?

“… yo no me presento como el combatiente universal contra el sufrimiento de la humanidad bajo todas sus relaciones. Deseo conservar mi libertad con respecto a las formas de lucha con las que me he comprometido. (…)… podemos desembocar en otros aspectos de manera que desarrollemos una verdadera coherencia, es decir, un esquema racional o un punto de partida que no esté fundado en una teoría general del hombre." (Michel Foucault, 1981) ¿Es concebible una ética del pensamiento… 1 En esta parte del texto será nuestro interés apostar por nuestra hipótesis esencial: que el pensamiento crítico constituye una ética, un ethos, un modo de ser-en-el-mundo, de estar-ahí, situándose esta postulación íntimamente en sintonía con la visión del pensador crítico Michel Foucault. Por lo demás, no hay modo de concebir ningún pensamiento crítico genuino en tanto tal sin una sagital interrogación por el atravesamiento histórico del pensar que desborde la limitada concepción de este como mera

Escena política – Domingo 23 de Octubre de 2016 - Crónica implicada

Introducción A través de este texto, subjetivo, me propongo relatar un poco la experiencia que se dio en el marco del Congreso Transversal del colectivo ESCENA POLÍTICA, constituido por diversos artistas militantes de ningún partido político en especial, sino de la cuestión artística misma. Mi asistencia se dio en el marco del día final en donde confluyeron cuatro talleres diferentes “para crear el Comité Cósmico de Crisis”: Cartelismo Cancionero Corte de ruta y pasarela Diseño de movimiento colectivo Participé específicamente en el vinculado al Diseño de movimiento colectivo que estuvo bajo la coordinación del Foro de Danza en Acción. Posteriormente, me sumé a la caminata denominada “Salida a la Ciudad” de la que también haré un comentario líneas más abajo. Como puede verse, todo tenía un nombre específicamente delimitado, una denominación, una funcionalidad. Desde el vamos, quisiera dejar claro que esta es una crónica implicada, es decir, no será una mera descripción del a

“DEL MALESTAR EN LA CIUDADANÍA (Y DE OTROS MALESTARES)”

“Las ideas son hoy el instrumento esencial en la lucha de nuestra especie por su propia salvación. Y las ideas nacen de la educación. Los valores fundamentales, entre ellos la ética, se siembran a través de ellas.” (Fidel Castro, 07/02/2003) Introducción ¿Qué pueden aportar el psicoanálisis en particular y el pensamiento crítico en general al combate frente al malestar en la ciudadanía (CULLEN, 2007)? Nótese la cercanía con el título archiconocido de Freud. Pero en este caso, nos compele la cuestión cívica, no tanto la universalidad de la “Civilización” o de la “Cultura”, sino el espacio acotado de la articulación entre un Estado de Derecho y aquellos que permanecen sujetos a sus obligaciones y – justamente - derechos, que dicha Institución define y engloba (tratando de pensar también en quienes quedan «forcluidos» del sistema establecido). No creemos, no obstante, que la condición ciudadana esté únicamente otorgada por la entidad estatal. La así llamada “carta de ciudadanía”

La genealogía del sujeto: Técnicas de dominación ◊ Técnicas de sí

En las dos conferencias en Dartmouth, intituladas “Sobre el comienzo de la hermenéutica de sí, 1980”, Foucault rescata la propuesta de Habermas respecto de las técnicas que pueden distinguirse en las sociedades humanas a lo largo de la historia. Estas tres son, según este último: técnicas de producción, técnicas de dominación y técnicas de significación. No obstante, el pensador francés, se ve llevado (tal como es habitual en él) a agregar algo más. Es así que nos dice: “… hay en todas las sociedades (…), otro tipo de técnicas: técnicas que permiten a los individuos efectuar, por sus propios medios, un cierto número de operaciones sobre sus propios cuerpos, sobre sus propias almas, sobre sus pensamientos, sobre su conducta,  y ello de tal modo que se transforman a sí mismos, se modifican, y alcanzan un cierto estado de perfección, de felicidad o pureza, de poder sobrenatural, etc. Llamamos a esta clase de técnicas, técnicas o tecnologías de sí.”   Ahora bien, un poco más abajo

“Sin Otro, del Otro”

“Yo no canto para todos, sino para cada uno” (Atahualpa Yupanqui) Decía Lacan: “La verdad no es otra cosa sino aquello de lo cual el saber no puede enterarse de que lo sabe sino haciendo actuar su ignorancia.” Es decir, el saber va al lugar de la verdad sí y sólo si es un saber inconsciente, vale situar, un saber inagenciado por la Sustancia pensante, por el Sujeto unificante y subjetivante, dueño de las representaciones: su Majestad, el «Yo». El dueño del Saber es el Otro sin barradura, ese que desea ser - o del que desea depender - el obsesivo, en su afán de control y de cálculo. Al punto en donde el saber se entera de la verdad haciendo actuar su ignorancia, Lacan lo define como una crisis real. Podríamos vincularlo, por qué no, con la emergencia de la angustia. Crisis real en el Otro, tragedia que repercute en la ontología del sujeto que se pretendía definido y conforme. Una interpretación psicoanalítica es una crisis real ya que apunta precisamente a la inexistencia d