"Raras veces nos encontramos con
nuestro deseo. Habitualmente, deambulamos mortecinos por las calles que forjan
las demandas del otro. Sin saber que lo sabemos, caminamos por entre
significantes englobantes que circunscriben una Ciudad, la ciudad que hace de
ese otro un panóptico inasible.
Raras veces nos encontramos con
nuestro deseo. Pero cuando eso pasa, nos encontramos con nuestra identidad en
falta, carencia de una esencia que nos conmina a actuar, en el tránsito pseudo
maníaco de redescubrirnos otra vez. Y en ese cada vez y cada vez, sorteamos la
angustia paralizante, el vértigo infantil que nos detiene frente al abismo del
ser, que es también el abismo de la nada, punto mudo del otro, fondo ausente
donde jamás se terminaría de caer.
Raras veces nos encontramos con
nuestro deseo. Tal vez, él nos encuentra a nosotros, cuando lo dejamos de
buscar. Cuando dejamos de buscar hedonistamente el placer, la quietud, la comodidad.
El deseo parte de una interdicción frente a esa pulsión viscosa, cuya ansia es
lo inanimado absoluto. El deseo es animado y es animarse a perder esa parcela
de seguridad ilusoria que llamamos “ego”.
Raras veces nos encontramos con
nuestro deseo. Quizá acaezca semejante fortuna, cuando soltamos el fetiche que
nos hacía abordarlo. Cuando cerramos los ojos y ponemos el cuerpo, cuando
callamos la razón y nos abrimos a sentir. El cuerpo como multiplicidad que no
cuaja con pretensiones de armonía, de completitud.
Raras veces, sí, aunque seamos
artistas por naturaleza ya que siempre estamos motorizados por el deseo, aún
cuando nos defendamos de él recorriendo por las calles del otro. En toda Ciudad
hay suburbios. Más allá del centro hay esquinas no transitadas. Lejos de los
lugares comunes existen baldosas que nadie pisó.
Raras veces nos encontramos con
nuestro deseo. Más allá de la ciudad del otro y sus palabras vueltas órdenes,
el campo del deseo. Donde no se come comida rápida – fast food -, sino vacío. Salir
un poco del centro para disfrutar en los márgenes. Punto ciego del panóptico en
el que nos queremos encerrar. Punto ciego que nos saca del espejo de las opiniones
admitidas donde los prejuicios obturan la experiencia."
Buenos Aires, Octubre de 2013.
Música Moby. Video: David Lynch.
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