Leer de forma exhaustiva a Lacan significa para Bruce Fink apoderarse literalmente de él, apostando a que saldrá bien parado de esa tarea y que podrá explicar el significado cabal y exacto. Aunque gran parte de las propuestas deben ser reconstruidas con un examen pormenorizado línea por línea. Esto es justamente lo que el autor hace de modo preciso en este ambicioso y fidedigno análisis, basado en una lectura íntegra de los textos de Lacan. Como traductor y reconocido expositor de la obra de Lacan, Fink es un guía apto y agradable, en especial, para la incursión en los intrincados conceptos y bibliografías lacanianas. Además, dedica un significativo espacio a las nociones que han sido sencillamente mal interpretadas, como el afecto, y a conceptos psicoanalíticos, como el falo, que algunas veces parecen pasados por alto por Lacan. El estudio presente de Fink es un trabajo de inigualable profundidad y provee de una valiosa nueva perspectiva sobre uno de los pensadores más importantes del siglo xx.
Introducción Jacques Lacan representa un retorno crítico al pensamiento de Freud. Cuando decimos “crítico” lo oponemos a “ingenuo”. ¿Qué sería un retorno ingenuo? Un retorno ingenuo sería repetir religiosamente los enunciados de Freud sin cuestionarlos ni elaborarlos. De este modo, Lacan representa una elaboración del legado freudiano, una lectura o interpretación del mismo. ¿Con qué sentido? La producción lacaniana apunta, desde el inicio, a revalorizar el descubrimiento del maestro vienés. Esta revalorización implica, tácitamente, suponer que ha habido una degradación. Una degradación de la palabra del fundador. Lacan sostiene que, de hecho, la hubo. Esta es su posición. Hubo una depreciación del descubrimiento freudiano y, en múltiples lugares de su obra, pero especialmente, en sus primeros escritos y seminarios, podemos ver la insistencia de esta posición: a Freud se lo degradó, se lo vulgarizó. Por ejemplo, en su escrito “Función y campo de la palabra y del lenguaje en p...
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