En este año 2012, en nuestro grupo de los viernes,
tratamos como tema principal el “deseo del psicoanalista”.
En múltiples ocasiones nos preguntamos
“¿Qué es el analista?”.
El analista, según Freud, en el esquema
del psicoanálisis[i], está involucrado en el
conflicto psíquico. Por medio de la transferencia, surge un “acuerdo” entre el
paciente y el psicoanalista, en el cual, el primero se compromete a decir todo,
mientras que el analista se compromete a brindarle su ayuda.
De nuestro encuentro del “G-V”[ii] surgió
la idea de que el deseo del analista es un lugar donde encontramos a un sujeto
singular. Y el deseo es la intervención del analista.
Cabe aclarar también que el analista no
es un ser, es un deseo, y la resistencia es del sujeto.
El deseo del psicoanalista será situado
en el registro del otro. El deseo del psicoanalista no es entonces, el deseo
personal de un psicoanalista, sino que es una función indispensable para la
función del deseo como exigiendo el reconocimiento, dice Cottet[iii].
En el seminario X de Lacan, se indica
que el deseo del deseo es el deseo del otro: tiene una necesidad de
reconocimiento del otro. Ya que el otro instituirá algo, lo que se desea para
ser reconocido.
Según Alexandre Kojeve, en su obra “La
dialéctica del amo y del esclavo en Hegel”, desear el deseo de otro es también
desear que el valor que uno representa sea el valor deseado por ese otro. Es el
deseo de pretender ser reconocido como un valor independiente. Todo deseo
humano de la realidad humana se ejerce en función del deseo de reconocimiento.
Es decir: quiero ser reconocido por ese otro.
Un psicoanalista es alguien que se
responsabiliza de la cura psicoanalítica, a través de las palabras.
El analista es el que debe trasmitir la
verdad, lo que está oculto, aquello que no quiere revelarse, fragmentado por el
inconsciente. El analista tiene esa
función destinada a posibilitarle al sujeto a tomar el camino del deseo, para transformar
ese goce torturado, para dar lugar a algo diferente. El analista no responderá
por el analizante, pero si dejará una hiancia, donde el sujeto descubrirá su
propia respuesta.
El psicoanálisis es un método de investigación
y de tratamiento del aparato psíquico es
una teoría del funcionamiento normal y patológico. Y asimismo, es una
disciplina que está basada en la dimensión de la palabra, y sobre todo de la
palabra en tanto al relato se refiere, es decir, el dialogo. El análisis es un
proceso que sigue su propio camino.
El psicoanálisis apunta a analizar caso
por caso. En el Seminario I de Lacan[iv],
en “Los escritos técnicos de Freud”, vemos que el progresivo descubrimiento del
análisis, y consiste en estudiar cada caso en su singularidad. Es decir, que
está centrado en la noción de que la reconstitución completa de la historia del
sujeto, es el elemento esencial constitutivo y estructural del progreso
analítico.
Esta dimensión revela cómo acentuó Freud
en cada caso los puntos esenciales, a la cual llama situaciones de la historia.
Lacan dice: La historia no es el pasado, la historia está historizada en el
presente, porque ha sido vivido en el pasado.
Freud trata una y otra vez la
reconstrucción de la historia del sujeto.
En “Análisis terminable e interminable”,
Freud dice al respecto: “Entre los factores que
influencian los progresos psicoanalíticos y añaden dificultades del mismo modo que las resistencias, deben tenerse en cuenta, no solo la
naturaleza del yo del paciente sino la individualidad del analista.
El psicoanálisis es un estilo de vida,
una vocación, y yo muchas veces he pensado que si no amamos al psicoanálisis no
estaríamos involucrados en el mismo. Y creo que todo esto está ligado al deseo
del psicoanalista.
[i] Cottet; “Cap. XIII: Estrategia y táctica”.
[ii]
GV: Grupo de los viernes.
[iii]
Cottet; “Cap. XVI: Acción del
psicoanalista”
[iv]
Seminario 1 Lacan Los escritos técnicos de freud
(*) Ponencia Presentada por participante del Grupo de los Viernes en la Jornada realizada el 1° de Diciembre de 2012. CABA, Argentina.
Comentarios
Publicar un comentario