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Mostrando entradas de noviembre, 2010

"Poesía para el hombre angustiado"

Una estética de la proximidad sitúa vértigos que invaginan huecos espacios que `absortan` desde el inicio, al fin Estrética; est ética, y así no se reitera; irrumpe no se postula; juega sucio debe ahora yacer: "volvería a pasar" No temas, hombre angustiado una cita tienes con estas mis palabras La irradio para centellear tu fénula y tu tensión amarrar, no te despistes Ronda la huella, cierne el ágalma el aire lleno de plumas está, ¡esto es insólito! son del ave que, espectral, te protege se llama: disco de plata, y cuesta, y vale Si cierta distancia se irrespeta la loca imagen se arma del cuello y un coágulo de sangre te atraganta el cuello tiembla la tierra pero el corazón RESISTE [La pintura corresponde a Victor Borisov]

A VECES ME FIGURO QUE ESTOY ENAMORADO

A veces me figuro que estoy enamorado , y es dulce, y es extraño, aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo. Las canciones de moda me parecen bonitas, y me siento tan solo que por las noches bebo más que de costumbre. Me ha enamorado Aaela, me ha enamorado Marta, y, alternativamente, Susanita y Carmen, y, alternativamente, soy feliz y lloro. No soy muy inteligente, como se comprende, pero me complace saberme uno de tantos y en ser vulgarcillo hallo cierto descanso. GABRIEL CELAYA (1911 - 1929)

"El sujeto según Lacan" (Guy Le Gaufey)

De la libertad a la servidumbre, el espectro semántico de la palabra sujeto , presente en los saberes occidentales desde la antigüedad, es tan amplio que linda con la homonimia. La filosofía, el derecho, la política, la medicina, las letras y las artes no podrían prescindir de él. Jacques Lacan hizo del sujeto, desde el inicio, un leitmotiv de su enseñanza. Cuando en los años 60 lanza su nueva fórmula, donde define que un sujeto es lo que está representado por un significante para otro significante, le retira dos atributos fundamentales: la identidad y la reflexividad. Esta subversión, de la cual las etapas constitutivas son aquí examinadas, lo colocó en extrañas compañías. A veces de manera confesa (Maine de Biran), otras casi desapercibidas (averroísmo latino), y hasta circunstanciales (Foucault) se van revelando curiosas familiaridades. Reagrupando esas referencias, este libro devuelve al hallazgo de Lacan su espacio epistémico singular. Y su fuerza esclarecedora. Ediciones litera

"PAVANA PARA UNA INFANTA DIFUNTA" (a Alejandra Pizarnik)

Pequeña centinela, caes una vez más por la ranura de la noche sin más armas que los ojos abiertos y el terror contra los invasores insolubles en el papel en blanco. Ellos eran legión. Legión encarnizada era su nombre y se multiplicaban a medida que tú te destejías hasta el último hilván, arrinconándote contra las telarañas voraces de la nada. El que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo. El que los abre traza las fronteras y permanece a la intemperie. El que pisa la raya no encuentra su lugar. Insomnios como túneles para probar la inconsistencia de toda realidad; noches y noches perforadas por una sola bala que te incrusta en lo oscuro, y el mismo ensayo de reconocerte al despertar en la memoria de la muerte: esa perversa tentación, ese ángel adorable con hocico de cerdo. ¿Quién habló de conjuros para contrarrestar la herida del propio nacimiento? ¿Quién habló de sobornos para los emisarios del propio porvenir? Sólo había un jardín: en el fondo de