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Mostrando entradas de julio, 2011

Grupo de los Viernes: Edipo – Angustia – Inconsciente, encuentro del 29-07-2011

Durante nuestro último encuentro destinado a la indagación teórico-clínica respecto de la triada Edipo – Angustia – Inconsciente, se retoma el interés respecto de instalar un orden lógico diferencial en lo tocante a la dinámica grupal respecto de lo que se instituye como transmisión universitaria, de manera tal que se puedan ubicar puntos de disonancia – suplementarios – que excedan la egosintonía de la formación de factura académica. En tal sentido, se plantea la cuestión del saber en una antinomia posicional “profesor de psicoanálisis” – “psicoanalista”. Se da lugar a la pregunta respecto de qué pone a prueba en su análisis aquel que pretende sostener una perspectiva analítica en lo relativo a su escucha del sufrimiento singular que afecta a un sujeto. En esta dirección es que se ubica el proceso analítico como una economía política del saber: pérdidas y ganancias. Cuestionamiento del saber yoico por la vertiente del saber como saber inconsciente. A este respecto, se sitúa al inconsc

"Práctica y discurso del psicoanálisis"

Cuando el impulso de la vanguardia parece haberse convertido en un tímido movimiento inercial. Mientras que las pasiones de los debates primeros se hallan reducidos a nada más que tibios comportamientos inmotivados. Ahora que la locura del riesgo de "hacer una interpretación" ha quedado normalizada por la nueva jerga sin debate Anabel Salafia publica como escrito aquello que fue hablado hace 22 años en las Escuela Freudiana de la Argentina, en un trabajo artesanal en torno al Seminario VII de Jacques Lacan La Ética del psicoanálisis Un Seminario que se hace canónico, ya que soporta la interpretación necesaria para cada generación. Un Seminario que demuestra, como otros Seminarios y algunos textos fundamentales de Sigmund Freud, su carácter ahistórico y por lo mismo siempre moderno. (Del prólogo de Carlos Quiroga)

El desafío de formular, sin atrancar, una experiencia: encuentros analíticos

“ Una vez, cuando se dirigía a la escuela dominical, vio a unos niños malos que salían a pasear en bote. Quedó consternado, pues sabía, por lo que había leído, que los niños que salían a pasear en bote un día domingo se ahogaban tarde o temprano. Así que salió en una balsa para advertirles, pero un tronco se cruzó en su camino y se cayó al río. Un hombre lo salvó bastante rápidamente; el médico le sacó el agua que había tragado, le insufló aire hasta dejarlo nuevo, pero tomó frío y estuvo enfermo nueve semanas. Pero lo más increíble de todo fue que los niños malos pasaron un día espléndido, y volvieron a sus casas, sanos y salvos, por sorprendente que parezca. Jacob Blivens dijo que en los libros no ocurría nada parecido. Estaba absolutamente perplejo .” ( La historia del niño bueno , Mark Twain). Durante los últimos encuentros del Grupo de los Viernes , se han ido articulando distintas y sumamente interesantes cuestiones. El desafío, siempre el mismo quizá, pero cada vez

"Psicoanálisis: escritura de la falta-en-ser"

Este libro quizás sea la forma in situ de confrontarnos al pasaje que se opera en el encuentro de la propia escritura. No de cualquier escritura, de aquella que escribiéndonos realiza una obra. ¿Dónde se produjo la escritura de Psicoanálisis, escritura de la falta-en-ser? ¿Podríamos decir que en la lectura de los textos que dejaron su marca en el autor o en los aconteceres del trabajo clínico donde los analizantes nos confrontan cada vez a la pregunta acerca de qué psicoanálisis, de qué cura, de qué sujeto hablamos? ¿Durante el seminario, dispositivo elegido por Oscar Lamorgia donde transmisión y ética se aúnan en un ir diciendo, no de un saber constituido sino de aquel que irá precipitando a partir de ese decir con otros, en ese diálogo que hará de las propias letras, escritura? ¿O en el momento de la escritura material, cuando el teclado imprime en la pantalla la reescritura de lo que se podría llamar degrabación de las clases, pasaje de lo oral a otra textualidad? En cada uno de ell

"La palabra le hace frente al espanto"

Que “no nos una el amor si no el espanto” Dice varias cosas, esta media tarde En principio, que el amor separa Zanja y disjunta el pacto Y también afirma el espanto del Uno Prensado, pensado, borrado Grave, de mal amor, pésimo Sustraído del sentido Cargado de mil dudas Mil sentidos del ausentido Si todo significa algo Nada significa nada Y yo (hombre) quedo como correlato de un ente imposible Coma de una oración sin punto Celoso del renglón silente Oración quemada, agarra esa bestia Me tira, amarre de la totalidad Ni idea hacia dónde, para qué ni cómo Ser el centro, sonámbulo Nihilismo gozoso y aplastante – debo pronunciarme ya Excesiva vacuidad, fijeza del ojo Que todo lo ve; él es todo Y un terrible suspiro, desértico Casi plomizo, denso y envolvente “proto-humano-sin-camino-y-vencido” Un espejo en mi nuca donde no Me veo para nada bien Reiteración, capicúa malformación Juego siniestro de dubitaciones Eternas, embarazoso lanzarse Me preocupo por el fin ¿pero, cómo, si aún no (me) arr