Si tuviera que describir un cuerpo
Mágico, entre sábanas blancas y
frescas
Apenas iluminado por tenues rayos de
sol matutino
No dudaría en arrebatar el tuyo
Si tuviera que acariciar un cuello
Suave, perfumado y angelical
Recostado sobre una almohada, ya seca
de aguas nocturnas
Confío en que hurtaría el tuyo
Es que tu cuerpo (y, allí, tu cuello)
como hojita otoñal a mi calor
transporta
lo desprende del árbol de las
nimiedades
para devenirlo ingente y a mi ´yo´ alborota
Sin identidad, patria, ni DNI
Camino ausente por entre los
callejones de tu entrepierna
Sin ser, tengo, la espada firme del
amor terrenal
Henchida de sabia y lava “que pela”
Presta a atravesar eso que arrebato,
aquello que hurto
Mayo 2013
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