Ir al contenido principal

UN CINE DE LO REAL: LA ESTÉTICA DE DAVID LYNCH


 
En el presente artículo me propongo abordar la producción de David Lynch desde mi perspectiva tomando como referente parte de la filmografía del director. La mirada será psicoanalítica, no podría ser de otra manera, tratándose de este particular realizador audiovisual al que muchos aún no conocen, mientras otros tantos lo admiran profundamente, por la singularidad de su creación.

1
Muholland Drive (2002) es, quizá, el film que más rápido se nos viene a la memoria al pensar en él, tratando de evocar escenas emblemáticas que nos permitan hacer una lectura y – por qué no – alguna/s hipótesis de trabajo. Esa película sí que impacta en el espectador. Es imposible no sentirse turbado por su desarrollo, un verdadero elogio a la discontinuidad, a la no-linealidad del acontecer temporal. Ruptura, escansión, retorsión. El camino de los sueños resulta una banda de moebius que enlaza fantasía y realidad, ser y no ser, interior y exterior, pasado y futuro, belleza y horror… Vuelve a reaparecer la cuestión del doble tan ahondada por la literatura psicoanalítica, en tanto articula el registro especular del yo y el otro (en ´Picos gemelos´ esto es patente). La “protagonista” – presuponiendo que eso existe en el inconsciente, cuando este más bien postula multiplicidad subjetiva – deviene su propia Otra, o vuelve a ser quien en realidad siempre fue, ¿antes de suicidarse? ¿Se reencuentra a sí misma, ahora muerta, suicidada luego de una larga depresión mayor por su fracaso actoral? De ser así, ella no sería más que un fantasma que asiste al espectáculo de su propia tragedia. El Cowboy, no representa sino lo que se ha dado en llamar Western, es decir, es un símbolo de Hollywood a quien Lynch cuestiona, presentándolo como un ámbito siniestro. Si hacemos las cosas bien, lo veremos una vez. Si elegimos mal, lo veremos dos veces; ¿qué significa ese enigma?

“Hay que despertar”, pero, ¿no es eso también volver a dormir? Fantasías sexuales, poder, traición, fobia… El universo lynchiano revuelve las tripas del espectador promedio quien se acerca a esta inusitada filmación creyendo que conduce hacia algún lado ´coherente´ [piénsese en Inland empire o en Carretera perdida donde un loco extravagante del más allá puede estar en dos sitios al mismo tiempo e inducirte a cometer un femicidio]. Pero de golpe, algo se quiebra, no podemos seguir el hilo conductor. Miramos hacia atrás y el camino se ha borrado, ya no podemos volver. Nos invade la angustia, ¿hay en todo este recorrido algún orden asible como verdad? Desde el psicoanálisis, creemos que sí. Podríamos interpretar la narración como un delirio esquizofrénico, no paranoico puesto que carece de sistematización e inquebrantabilidad. Poco a poco el velo fantasmático que nos aleja de lo real, se va descosiendo, haraposo y raído (los linyeras son otro gran hallazgo repetitivo), se permeabiliza a lo que debe permanecer oculto pero que se presentifica, se manifiesta. Y eso es del estatuto del goce que mejor no.

2    
Pestilencias arrojadas desde los sepulcros más inmundos al mundillo cotidiano de civilidad e hipocresía mundanas. Algo huele mal en Twin peaks. Y va en serio, es decir, en serie. Lo cual remite a lo que insiste repetitivamente. Estamos jodidos… El cine de D. Lynch es una cofradía de monstruosidades únicas, que denuncian que algo NO ANDA, operando como síntomas de la sociedad de la que forman parte, aunque remitan a su parte menos deseable, ideal, amable, querida. Cada dos pasos un “objeto a” minúsculas salta a nuestro paso, ya sea por la vía del trozo corporal informe – o bien formado, pero pedazo al fin, como la oreja de Blue Velvet -, a través del cuerpo mismo del Hombre elefante, o por la vertiente de esas apariciones alucinógenas que hacen las veces de verdaderos significantes-en-lo-real y que defienden la hipótesis de un mundo enloquecido, psicotizado. Silencio… no hay banda. Pero, “llorando”, cae el soporte físico de una voz, que mágicamente sigue sola, desprendida, desencadenada, separada de su cantante. Vale aclarar, igualmente, que LYNCH no es un caso clínico, ni sus personajes o películas. Nos sirve, como Hamlet a los fines del grafo del deseo, para pensar nuestro campo cuando las barreras que definen la diferencia entre lo normal y lo patológico, se trastocan. Al director le preocupa, sin embargo, el sujeto. Esto se comprueba en la búsqueda de subjetivación del propio hombre elefante. Que nos repugna, que nos entristece e indigna la utilización y la discriminación de la que es objeto, pero que nos enorgullece en su ferviente despertar subjetivo gracias al acompañamiento y escucha del personaje de Anthony Hopkins y de la actriz. Una historia sencilla, también postula un Lynch más humano…

3
No hay ideal común: morenas de cuerpos ardientes, autos veloces de alta gama o galanes de telenovela multimillonarios. La estética grotesca, horrorosa, siniestra, suspensiva, habla de un cuerpo pulsional que es el cuerpo parcializado, descuartizado por el goce del Otro, que nos reduce, que nos parcela, que nos viola y ultraja en nuestra supuesta biologicidad. Es de lo real de lo que se trata. Dice del enfermar irreductible, del ser que habla, por el parásito de lalengua. Lynch es el cine de un real que, como sabemos, representa el espacio donde acontece el retorno de lo forcluido. Lo real es aversión al significado de lo imaginario. Los mismos protagonistas a los que nos identificamos en, por ejemplo, Twin peaks, quedan pasmados y absortos ante las cosas que van sucediendo por fuera de una trama lógica en el sentido de la vigilia. Es un cine diferente, invadido, a modo de pequeñas partículas, por un sinfín de otredades del Mal que avanzan sobre el el plano chato y predecible del Bien. El ello ahorca al ego, vía micro o macro sinsentidos/ naderías que truecan los términos comunes para el pensamiento despierto.

A diferencia del teatro que es escena, inclusive escena dentro de la escena, el Cine es un agujero, una persiana semi-abierta [A. Bazin] o una cortina que se abre y que idealmente nos habla de un mundo entero, de una totalidad que simboliza el Universo. Lynch juega permanentemente con esa posibilidad, con ese infinito, con este Todo. Pero es la eternidad espacial de una cinta (moebiana) con corte puesto que se termina, hay una duración debilitada, disminuida. Es que el cine, además de una pantalla, es – o era - una cinta. Eso, por suerte, se corta: así se ata y se desata en otras posiciones. Y si es maleable – interpretable, legible - es porque no puede ser independiente del significante, de lo simbólico. No hay REALITAT sino WIRLICHKEIT en juego. Al igual que nuestra realidad psíquica, la productividad cinéfila tampoco puede representarlo todo. De hecho, no puede representar nada que no sea ya representación. Puede jugar con eso, como hay infinitización del gozo en ciertas estructuras clínicas donde falla la operación paterna. Pero aquí es metáfora. Porque, insistimos, a fin de cuentas, no es casuística esto que escribimos sino interpretación de un inmenso artista que pone toda su creatividad al servicio de una estética/política que apunta al Averno, a lo no instituido, a lo repudiado por nuestro narcisismo, a la deformidad, a lo mutilado, al punto de fuga, al corrimiento de la lámpara. Esa luz que raja el velador (Lynch insiste con diferentes veladores en Muholland drive) es la del deseo. Porque, no todo es oscuridad y penumbra en su mente, hay además renacer, resurgir, esperanza. De hecho, es evidente que hay, abordando ahora sí la subjetividad creadora del Director, que hemos dado con un genuino “cin-ethome”, en tanto es claro que fue a cuyo través que toda esa farragosa materialidad espiritual, que lo podría haber trastornado o mortificado letalmente – y que quizá lo hizo durante algún tiempo en su vida -, ha sido puesta en movimiento, elaborada, plasmada en el sendero del lazo social y la Cultura, es decir, del Eros y en oposición a la pulsión de muerte o Tánatos, donde otros “grandes genios” han cifrado – y lo siguen haciendo - su pasión.  

Argentina, año dos mil diecisiete.-

Comentarios

Entradas populares de este blog

Acerca de Homo academicus de Pierre Bourdieu

“ La lucha simbólica pone en juego el monopolio de la nominación legítima, punto de vista dominante que, al hacerse reconocer como punto de vista legítimo, se hace desconocer en la verdad de punto de vista particular, situado y fechado .” (Pierre Bourdieu, 1984) Introducción En este artículo nos proponemos comentar el libro del sociólogo francés Pierre Bourdieu dedicado a la investigación crítica del mundo universitario francés, Homo academicus (1984). Vale aclarar que este comentario no pretende ser una indagación exhaustiva sobre las ideas allí apuntadas por el autor, ni una crítica académica profunda sino más bien un sencillo recorrido selectivo al modo de un acercamiento al material en cuestión para algún futuro posible lector, en miras de provocar cierto interés en su lectura.  Homo academicus se trata de una investigación que recae sobre el campo universitario , la cual busca delimitar las particularidades del mismo (los habitus , las ilusio , las distintas

LA METÁFORA PATERNA (Parte 1)

Introducción Jacques Lacan representa un retorno crítico al pensamiento de Freud. Cuando decimos “crítico” lo oponemos a “ingenuo”. ¿Qué sería un retorno ingenuo? Un retorno ingenuo sería repetir religiosamente los enunciados de Freud sin cuestionarlos ni elaborarlos. De este modo, Lacan representa una elaboración del legado freudiano, una lectura o interpretación del mismo. ¿Con qué sentido? La producción lacaniana apunta, desde el inicio, a revalorizar el descubrimiento del maestro vienés. Esta revalorización implica, tácitamente, suponer que ha habido una degradación. Una degradación de la palabra del fundador. Lacan sostiene que, de hecho, la hubo. Esta es su posición. Hubo una depreciación del descubrimiento freudiano y, en múltiples lugares de su obra, pero especialmente, en sus primeros escritos y seminarios, podemos ver la insistencia de esta posición: a Freud se lo degradó, se lo vulgarizó. Por ejemplo, en su escrito “Función y campo de la palabra y del lenguaje en p

Definiendo Pensamiento Crítico

Fuente:  http://www.criticalthinking.org/ Definiendo Pensamiento Crítico Pensamiento crítico ... el despertar del intelecto al estudio de sí mismo. El pensamiento crítico es un concepto rico que se ha desarrollado durante los últimos 2.500 años. El término "pensamiento crítico" tiene sus raíces a mediados del siglo XX. A continuación, ofrecemos definiciones superpuestas que juntas forman una concepción sustantiva y transdisciplinaria del pensamiento crítico. Pensamiento crítico según lo definido por el Consejo Nacional para la Excelencia en Pensamiento Crítico, 1987 Una declaración de Michael Scriven y Richard Paul, presentada en la 8va Conferencia Internacional Anual sobre Pensamiento Crítico y Reforma Educativa, verano de 1987. El pensamiento crítico es el proceso intelectualmente disciplinado de conceptualizar, aplicar, analizar, sintetizar y / o evaluar de manera activa y hábil la información recopilada de, o por, observación, experiencia, re